La primavera abre una nueva temporada comercial. Tras el buen comportamiento del período invernal, favorecido por una climatología adecuada durante el mismo, todos los deportes de invierno han tenido un buen año, sobre todo si estimamos el entorno en que se encuentra nuestra economía. El buen comportamiento, no sólo se ha visto en este segmento, sino que las ventas relacionadas con este período también han sido, en general, satisfactorias, incluidas las del período de rebajas.
Aunque el resultado es coyuntural, hay quienes comienzan a vislumbrar el inicio de un nuevo ciclo económico, que empiece a dejar atrás la recesión y la constricción de la demanda de los consumidores. Sin embargo, no existen demasiados elementos para permitirnos imaginar un claro cambio de tendencia. La nueva temporada, se abre con una enorme duda, como es que la campaña primavera-verano, esté atravesada por el hándicap adicional a la crisis que supone el incremento del IVA que soportaremos a partir del próximo mes de Julio.
A este dato, se vienen a sumar otros, que nos indican que el temporal no ha pasado, que seguimos circunscritos en un clima difícil para las ventas en cualquier sector comercial. Por ejemplo, el indicador de confianza del consumidor correspondiente al mes de Febrero publicado por el ICO, muestra un nuevo descenso del mismo a niveles de Octubre de 2009, después de tres meses de crecimiento. Aunque es cierto que la perspectiva interanual del mismo (febrero 2009-febrero 2010) marca un notable crecimiento de la confianza (se ha incrementado 22,5 puntos, es decir un 46%), este descenso tras tres meses de subida es un dato a tener en cuenta, aunque desde el ICO anticipen una mejoría del consumo privado para 2010, coincidiendo con los “visionarios” del nuevo ciclo.
Por otro lado, el dato del INE acerca del Índice de Comercio al por Menor en Enero de 2010 continúa mostrando un descenso interanual del 4,5%. Asimismo, las ventas minoristas a precios constantes presentan tasas interanuales negativas en todas las Comunidades Autónomas, igual que el empleo, que cae un 2,7% en el comercio minorista, respecto a Enero de 2009.
Por tanto, el “tsunami” que venimos sufriendo desde hace ya dos años aún no ha pasado, y debemos seguir siendo cautos y haciendo las cosas bien, adaptándonos a las circunstancias y, sobre todo, preparándonos para el futuro, aunque la experiencia de los últimos meses, también nos debe indicar que hay motivos para la esperanza.
Dentro del futuro que vendrá, hay que destacar el lugar que las nuevas tecnologías están ocupando en la interrelación entre personas, organizaciones, etc, así como el potencial de la venta on-line, las cuales según el INE representaron en 2007 el 5,37% de las ventas del comercio al por menor, a pesar de que según Red.es sólo el 7,7% de las empresas del comercio al por menor vendían en Internet en 2008. En este sentido, es innegable que la venta por Internet es uno de los canales con mayor proyección para el comercio (Zara acaba de anunciar venta on-line para 2010), y en el caso del deporte tenemos diferentes experiencias de éxito en las que mirarnos.
Por otro lado, diferentes Administraciones públicas han iniciado un impulso de la práctica deportiva, por el momento con poca intensidad y esfuerzo, pero han iniciado un camino, que a buen seguro será seguido por numerosas Administraciones e Instituciones en los próximos años, independientemente de que desde el sector impulsemos esta opción (cosa que deberíamos haber iniciado hace años). Este impulso, es fruto de la Estrategia NAOS para la lucha contra la obesidad, que además de promover una alimentación saludable, también incluye la práctica deportiva de 30 minutos al día, y de la posibilidad constatada del crecimiento exponencial de los gastos sanitarios.
Al mismo tiempo, los problemas de movilidad de muchas ciudades y el respeto por el medio ambiente, están provocando un impulso de medios alternativos de locomoción, entre los que destaca la bicicleta. Estas circunstancias, pueden suponer un impulso de “lo atlético”, que puede ser aprovechada por los operadores del sector.
Como ya he apuntado en otras ocasiones, en mi opinión son las ventas relacionadas con “lo atlético”, con la práctica deportiva las más estables, pues, si bien tampoco forman parte de los bienes de primera necesidad de una familia, es mucho más difícil para un deportista renunciar a ellas (a pesar de las reducciones de renta disponible), que a las relacionadas con la moda, ventas mucho más elásticas, que han sufrido una mayor contracción, y que, probablemente, cuando el “tsunami” haya pasado, también sufrirán un mayor incremento.
Así, independientemente de la pronta llegada de un nuevo ciclo o no, hay signos positivos que apuntan a la esperanza, y a la recuperación de un canal especializado de tiendas de deporte, ya que todas las tiendas que están aguantando frente a la”tormenta perfecta”, que ha supuesto la crisis financiera global y el grave desempleo nacional, que ha venido a continuar un periodo de cierto estancamiento del sector, en los años precedentes, saldrán muy reforzadas como empresas, ya que significará que han sabido hacer los deberes, ajustando sus costes, fidelizando sus clientes, adaptándose al entorno, implementando nuevas soluciones y alternativas, etc. Ahora, también necesitamos, que la distribución rompa sus rigideces, de una vez por todas, y haga a nuestro sector más dinámico, tal y cómo han hecho un gran número de sectores hace tiempo.
