viernes, 25 de junio de 2010

El nuevo IVA

El mes de Julio, nos acercará más a Europa, al menos en lo que a convergencia de tipos de IVA se refiere, ya que los consumidores sufriremos desde entonces dos puntos más de IVA en nuestra compras con carácter general, y un punto en los artículos con un tipo de IVA reducido.

Aunque es cierto que este tipo puede no ser exagerado si lo comparamos con el tipo aplicado en otros países miembros, ya que, a pesar del incremento, España seguirá conservando una de las tasas más bajas del conjunto de la Unión Europea, quizás el momento para aplicar esta medida no sea el más adecuado. La situación de crisis en que nos encontramos, está suponiendo menor poder adquisitivo del consumidor y menor confianza del mismo, por lo que esta nueva carga puede ser un duro revés para el consumo en el segundo semestre del año, lo que provocaría un agravamiento de la mala situación que viene soportando la distribución en nuestro país en los últimos tiempos, y el alargamiento de la atonía actual.

No es mi intención, entrar en el debate acerca de si está era la medida idónea, si debía haberse aplicado una subida de otros impuestos, si esto incrementará las arcas del Estado, etc. Mi único interés es abordar cómo puede afectar esta medida a los empresarios del sector, y las decisiones a que deberán enfrentarse, en especial los detallistas.

Así, más allá de este hándicap de si el consumo se mantendrá o disminuirá, los comerciantes se deberán enfrentar a otro, que supondrá verdaderos quebraderos de cabeza en los próximos meses, esto es, qué decisión tomar para fijar los precios. En las últimas semanas muchas empresas y empresarios han apuntado la posibilidad, e incluso la decisión de no incrementar los precios, aunque ello suponga la reducción de márgenes comerciales, lo que significa reducir la rentabilidad de la empresa.
Esta decisión se observa complicada en algunos sectores. Si nos fijamos en el IPC acumulado en los últimos dos años (febrero 2008- febrero 2010) nos encontramos con sectores cuyos IPC han descendido de manera evidente, siendo el grupo de vestido y calzado el que mayor caída ha asumido, en concreto un 3% en este período.

Si el punto de partida para enfrentarse a esta decisión, son menores ventas y reducción de precios en los últimos dos años, circunstancias que no han evitado la desaparición de bastantes establecimientos, plantear un incremento de precios para el consumidor final, aunque estos no supongan un incremento del rendimiento empresarial de la empresa, no parece lo más aconsejable. Sin embargo, asumir un mantenimiento de precios, para no penalizar el consumo, supone reducir el margen de maniobra de la empresa, pues el rendimiento será menor, si sus proveedores mantienen sus precios de tarifa, y no colaboran en el mantenimiento de precios. Si a esta nueva reducción, le añadimos los datos que refleja la evolución del IPC en los últimos dos años, así como la posibilidad de que el incremento del IVA, suponga una reducción de las ventas en general, independientemente de que un establecimiento decida, o no mantener los precios, por el efecto que este hecho produzca en el subconsciente del consumidor, la posición en que quedan las empresas adquiere una incertidumbre notable.

Por tanto, todos los comerciantes que decidan una política de mantenimiento de precios del stockaje acumulado, antes del mes de Julio, y cuyo IVA soportado ha sido del 16% en su adquisición, perderán en torno a un 5% de rendimiento neto en cada venta que irá a parar a las arcas del Estado, pues la venta habrá de efectuarse con un tipo de IVA del 18%, misma circunstancia que sucederá, si los proveedores deciden mantener sus tarifas, a las que sumarán un IVA dos puntos mayor, si el comerciante mantiene el precio.

Teniendo en cuenta que en el comercio deportivo es bastante habitual fijar el precio final al consumidor, aplicando un índice multiplicador sobre el precio de tarifa del fabricante, sin estimar el IVA, en el caso de que los proveedores mantengan los precios, circunstancia más que probable, será el comerciante el que asuma el mantenimiento de precios, pues el precio resultante es con IVA incluido, a no ser que incremente el índice multiplicador.

Ante esta situación, caben dos posibilidades, que ante la coyuntura económica y la situación en que se encuentra la distribución deportiva en nuestro país en la actualidad, se planteen estrategias conjuntas proveedor – detallista, para lograr un mantenimiento del consumo en las tiendas, ya que del mismo ambos saldrían beneficiados, o actuar mirándonos el ombligo, ya sea incrementando precios, aceptando con resignación un estancamiento de precios, o la circunstancia que sea, pero sin mantener estrategias conjuntas proveedor-detallista para la mejor comercialización de los productos, circunstancia habitual en el sector.

Cada proveedor y cada detallista decidirán que acciones seguir, si bien todos debemos tener en cuenta que los índices multiplicadores usados hasta ahora, darán como resultado unas márgenes distintos a los alcanzados en los últimos 15 años, desde el último incremento del tipo de IVA, por lo que no estaría de más proceder a una revisión de los mismos.

Tras los brotes verdes

En las últimas semanas el país al que debemos el origen de las Olimpiadas, Grecia, se ha erigido también, en el responsable de la primera gran crisis del Euro. La moneda única se ha visto azotada por la crisis, y en especial por la crisis financiera griega, a la que han acompañado las dudas sobre otros países de la Unión Europea, entre los que se encuentra España, lo que ha supuesto la creación de un duro plan de reajuste que en nuestro caso hemos empezado a conocer.
En los últimos meses hemos asistido a lo que se suponía eran los incipientes síntomas de recuperación económica de nuestro país, los famosos brotes verdes. Tras meses con deflación, volvimos a situarnos en inflación de manera continuada, las ventas minoristas parecían comenzar a cambiar, siendo Marzo la primera tasa positiva desde el mes de Febrero de 2008 según el ICM (Índice de Comercio al por Menor), dato al que acompañaba un crecimiento del ICC (Índice de Confianza del Consumidor), nuestra economía volvía acrecer y salía de la recesión,…
Si los últimos meses parecían acumular datos para la recuperación de un cierto optimismo tras meses de descensos de ventas encadenados, el segundo semestre del año vuelve a no ser tan esperanzador, e instala nuevamente las dudas, más aún cuando las nuevas previsiones del Gobierno prevén gran desempleo y un menor crecimiento de aquí a 2013
De manera descarnada se vuelve a presentar ante nosotros la desconfianza, no sólo con datos elocuentes como la nueva caída del ICM en Abril, que sitúa su tasa en negativo (-1.1%) en los cuatro primeros meses de 2010, también con el Plan de ajuste diseñado por el Gobierno y aprobado con más pena que gloria en el Congreso de los Diputados.
Los datos más importantes del Plan de ajuste son que los 3 millones de funcionarios van a ver modificadas sus nóminas a la baja durante este año, y congeladas en 2011, es decir una reducción en torno a 4.000 millones de Euros que dejarán de “estar en circulación” para depositarse en las arcas del Estado, a ellos les acompañaran otros 1500 millones de ahorro en pensiones, otros 6.000 millones en inversión pública, otros 1500 millones del cheque-bebé, …
Estas son las medidas llamativas, pero a ellas le acompañarán otras que afectarán también a la economía real, y algunas menos espectaculares y sin espacio en los medios de comunicación, pero que afectarán de manera directa al desarrollo y fomento de la práctica deportiva. Un ejemplo de este tipo lo encontramos en una de las medidas anunciadas por el Ayuntamiento de Madrid que tras retrasar el lanzamiento del servicio de alquiler de bicis en la ciudad en 2009 denominado MyBici, ha anunciado su aplazamiento sine die, así como la cancelación de la construcción de la malla de carriles bici de 575 kilómetros prevista para 2016 entre otras medidas. Otro podemos encontrarlo en la Revista Deportistas, que en su informe anual acerca del dinero que los Ayuntamientos invierten en deporte, observa que el presupuesto se ha vuelto a reducir en 2010 ( sin valorar los recortes derivados de las nuevas medidas ya que es previo), en concreto en un 21,88%, superando ampliamente la reducción de 2009, lo que supone una reducción acumulada desde finales de 2008 del 33,9%.
Estos ejemplos muestran parte del recorte, pero podemos imaginar el calado que para polideportivos, fomento de la practica deportiva, construcción de instalaciones, deporte de base,… pueden tener los recortes anunciados en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, los cuales con certeza van a incidir de manera negativa en nuestro sector.
Los datos apuntan que los brotes verdes corren el riesgo de perecer helados ante la batería de medidas que caerá sobre ellos en los próximos meses.
Parece lógico pensar que retirar 20.000 millones de euros de la economía real, unido un incremento del tipo de IVA, así como a una previsión de sostenimiento de la tasa de paro cercana al 20% en los próximos años, y la incapacidad de la economía para crecer y generar empleo, no serán un buen alimento para el consumo en general, y si a esto sumamos los recortes en fomento de la practica deportiva y promoción en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, podemos mantener dudas acerca del consumo en nuestro sector, y pensar en la necesidad de impulsar la practica deportiva de nuestros clientes, así como del entorno de nuestros establecimientos, contando para ello, a poder ser, con la colaboración y fuerza de los fabricantes, quienes de una vez por todas deben intentar acciones conjuntas en este campo, y también en otros que afectan en la cadena de distribución.
En este apartado de “otros” incluyo la necesaria colaboración con el canal, compartiendo riesgos y evitando a este ser la cobaya, el banco de pruebas para desarrollar otros canales u otras tipologías de establecimiento.
Los fabricantes, en especial aquellos llamados a ser las “locomotoras” del sector han de ser coherentes y respetuosos con el mismo, y han de invertir y gestionar esfuerzos en él de una manera proporcional a los recursos que obtienen del mismo, y no sólo me refiero a ventas, posicionamiento o imagen, ya que incluyo las otros input positivos entre los que está su modelo de fabricación, por ejemplo.

La factura del Banco

Uno abre el periódico, y de repente entre crisis, paro y agencias de rating, se topa con un buen titular, “Visa rebaja sus comisiones interbancarias”, pero al avanzar en la lectura de la misma, las esperanzas se desvanecen, ya que la noticia se circunscribe a los pagos transfronterizos que se realicen en Europa, pero no a los pagos nacionales, al menos no en nuestro país. Además esta rebaja de Visa, es producto del temor a una posible multa de la Comisión Europea, quien ha manifestado sus quejas acerca de las comisiones desproporcionadas y potencialmente contrarias a la libre competencia, y no a una propuesta por la competitividad.

Por tanto, el movimiento de Visa supone una salida adelante para evitarse problemas, aunque eso suponga reducir su margen de beneficio, pues su propuesta muestra su disposición a fijar en un 0,20% el tipo promedio máximo en estas operaciones, lo que supone una rebaja del 60% en las operaciones domésticas y del 30% en las transfronterizas.

Sin embargo, la propuesta no vincula a todos los países en sus pagos nacionales o domésticos europeos, sólo Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Malta, Suecia, Luxemburgo y Holanda reducirán sus tasas interbancarias nacionales mientras que en el resto de países continuarán los bancos locales fijando esta tasa para los pagos domésticos, lo que puedo suponer la paradoja de que sea más cara la Comisión que se cobra por un pago nacional que por un pago transnacional, circunstancia que ya se ha producido con anterioridad.

En mi opinión, debe ser muy difícil explicar porque un pago nacional puede ser más caro que uno transfronterizo, aunque en España la banca parece tener facilidad para explicar estas y otras cuestiones, y recibir la compresión del Gobierno de turno, ya sea permitiendo un coste mayor para los españoles o para recibir la financiación o apoyo económico que ellos niegan al empresariado español.

Mientras tanto, en España a pesar de ser el país con más tarjetas per capita de Europa según los datos del Libro Azúl de los Medios de Pago del Banco Central Europeo, nos quedamos fuera de la decisión de Visa Europa en los pagos domésticos, ya que la tasa de estos, es fijado por los bancos locales y no por esta compañía, y los bancos españoles no han manifestado su voluntad de aplicar esta medida, contribuyendo así a rebajar la presión inflacionista que supone esta tasa y beneficiando la reactivación de la Economía.

La posición de los bancos españoles, tampoco ha de sorprender a nadie, una vez que hemos visto su actitud en los dos últimos años con respecto a la sociedad.

Los medios de pago (tarjetas) suponen una de las partes más importantes de la estructura de ingresos de servicios de las entidades financieras, si no es la mayor para los bancos y cajas españoles, tanto por el alto número de las mismas que han puesto en circulación (más de 70 millones de tarjetas con su correspondiente cuota anual), las comisiones que cobran por las mismas (en 2009 elevaron las comisiones que cobran cada año a sus clientes por tener tarjetas de débito un 7,9% de media y un 6,5 por ciento de media en su modalidad de crédito, según datos del Banco de España), los costes por retirada de efectivo en cajeros ( España es el país europeo con la red de cajeros más densa) y la tasa que pagan los comercios (España también es el país con la red de TPV más densa de Europa, con un número en torno a 1,5 millones). Con todos estos datos parece extraño, que no sea España el país con menores costes para los usuarios de las tarjetas, ya sean consumidores o comercios, aplicando las “cacareadas” economías de escala.
Tasas de intercambio máximas en España

Tasas de intercambio máximas en España

TRAMOS 2009-2010 2009-2010
Euros (€) Crédito (%) Débito (€)
0- 100 mill. 0,79 0,35
100 - 500 mill. 0,53 0,21
> 500 mill. 0,45 0,18

En nuestro país auspiciado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio contamos con un Acuerdo para fijar las cuantías máximas de las tasas interbancarias, el cual también fue fruto del temor de las entidades bancarias a una multa por razones de competencia, que de este modo alcanzaron la seguridad jurídica para seguir desarrollando su negocio.

Según el mismo, las tasas máximas para el 95% de las empresas (aquellas que facturan por este medio de pago entre 0 y 100 millones de Euros) son del 0’79% en el caso de las tarjetas de crédito y de 0,35 €. Esta es la tasa interbancaria, que no la tasa de descuento que paga el comercio que será mayor para asegurar el beneficio de la entidad. Cómo se puede observar nuestro Acuerdo español está lejos, muy lejos de la propuesta de Visa Europa.

Sinceramente, creo que ha llegado el momento de que las Administraciones, ya sean europeas o nacionales, dejen de hacer genuflexiones ante la banca, y les obligue a limitar su voracidad. No podemos asumir que en el momento actual en que las innovaciones tecnológicas, y la automatización de procesos permiten abaratar los costes, las operaciones bancarias continúen cobrando unos “royalties” a la sociedad del tiempo del siglo XX. Igualmente, la banca debe asumir que las tarjetas de débito, es en la sociedad actual similar al papel moneda, por lo que deberían rebajar el coste de las comisiones y tasas para comerciantes por este motivo, y pensar en un coste cero, independientemente de que estos decidan no aplicar recargos a los clientes que opten por pagar con tarjetas, a pesar de que la aprobación reciente de la nueva normativa de medios de pagos abra esa posibilidad.

Para finalizar, no debemos olvidar otra cuestión que sufriremos con la subida del IVA, y es que nuestra factura del banco aumentará, ya que si aplicamos la subida del IVA el Banco se llevara su parte de esa subida estatal, lo que supone otra de las incongruencias del sistema, ¿Cómo se puede cobrar un porcentaje de la cantidad que el comerciante recauda para el Estado?.